jueves, 5 de noviembre de 2009

estimados ciudadanos..., señores reclusos (runruneo)





este gato, el otro día, día de difuntos, les mencionó. de pasada, pero muy agradecido a ustedes, señores reclusos. fue a propósito de mi habitual garbeo de cada "noche de don juan" por ésa para tantos última finca de recreo que aquí llamamos panteón. y que en otros pagos que ya paseé se suscribe como cementerio, camposanto, necrópolis..., en fin nombres que tiene y nunca le faltan.

y lo hice un poco por egoismo -que no me enredé en zarza(da)les, ni mi pelaje se pringó con sustancias de dudosa e inquietante procedencia, ni mi suave pezuña corrió el riesgo de verse atravesada por algún clavo oxidado o zaherida por el típico cristal subproducto de necrófilas bacanales tayacanas-. pero sobre todo lo hice movido por una agradecida admiración y sorpresa al saber que fue obra de ustedes, civiles ingenieros reclusos, en faena de construcción pública, que tal e igual tarea es la de limpiar y ordenar un espacio que la de planificar su enlosado o ejecutar el predio que se le decidiera.


y es que el año pasado corrí (y gravemente) dichos riesgos, cuya elusión sólo fue posible gracias a la paradigmática agilidad de mi especie, aunque al tiempo, las piruetas y danzas que hube de practicar corrieron el añadido peligro de ser distraidas de su eficaz ejecución por las imprecaciones que múltiples mortales, visitantes y acicaladores de las moradas postreras de sus ya inmortales familiares, lanzaban a diestro y siniestro en su consuetudinaria y piadosa visita anual al lugar. 

no era para menos. por allí no había pasado ni el sursuncorda con una escoba, una azada, un machete o instrumento similar de limpieza. una jungla, señores, en la que no precisamente mis selváticos orígenes me permitían estar a gusto: aquello era un charral de descuidos, una selva de abandonos, un lapidario serotal.

¿sería que ya se iban los responsables municipales y como nos amenazaban por esas fechas estaban "plegando", cerrando carpetas, arreglando su quiosquito a cuenta de dejar a su suerte aún dos meses de necesidades urbanas y ciudadanas?

en fin, no removamos mierditas ya secas (y retiradas) y aplaudamos hoy una iniciativa que ha permitido la visita humanizada a ese entorno que se ubica entre lo divino y lo humano. y aplaudamos sobre todo a sus artífices físicos, que de nada valen ideas y palabras y si no tienen la acción como consecuencia.

y aplaudamos más aún a estos nuestros señores reclusos, licenciados ya en tareas urbanas, que no dudan en echarse a los cauces que sus descuidados conciudadanos no encarcelados mantienen inmundos para librarlos de sus detritus "libres". como les vemos hacer en distintos puntos de la ciudad, permitiendo pensar en salubridades que casi estaban olvidadas y facilitando la primera infraestructura necesaria para otras reconstrucciones y avances de la ciudad en la que pasaremos la mayor parte de nuestras vidas.

no se olvida el gato de los que se acordaron de tal idea. una antigua costumbre que organizada y llevada a cabo en los exigibles  términos de dignidad de trato, pues trabajo es y el trabajo ha de ser ejemplo de relaciones dignas, se convierte en un beneficio centrífugo para todos sus partícipes. los que aplicaron la idea porque más lejos podrán llegar en los objetivos que les encomendaron sus votantes...; los que asumieron la idea y participaron en su correcta ejecución, porque nos demuestran su capacidad de integración, su derecho al respeto y a la consideración de sus iguales en libertad, siendo sus días más amables que tras la dura, angosta e insana reja; y, en fin, los habitantes del espacio beneficiado, por el disfrute que supone vivir en un mejor entorno así como por la satisfacción de ver cerca, útiles y beneficiosos a unos conciudadanos que un día tuvieron un problema del que nadie puede envanecerse de estar sagradamente a salvo.

acállense las bocotas malintencionadas y los ingenios mal pensados, aunque siempre por desgracia estarán ahí: hoy pensando que se trajo a los reos (como ellos los llaman) para ahorrar unos dineros que pasarán a ser pasto de escamoteos y corruptelas; mañana intentando convencer al incauto de que nunca son mejoras las que es capaz de acometer un marginado; y cualquier día, formando una nueva inquisición tan ciega y estúpida como para hacer auto de fe sin darse cuenta con sus propias miserias y pobrezas de espíritu. revisen su actitud y aptitud para con la vida. trabajen más y hablen menos. preocúpense de forma activa y positiva de lo que sucede en su entorno, pero siempre en clave de aportación y mejora, no buscando la discordia gratuita y la zancadilla fácil y envenenada. no vaya a ser que pensemos que deberían ser otros los encerrados.


y a ustedes, señores ingenieros licenciados ciudadanos reclusos míos: ánimos y felicitaciones; ya estoy esperando que les destinen a las cercanías de mi madriguera para prepararles un suculento almuerzo diario de sabroso marisco, manjar preferido de los míos.

¿que le he dado mucho bombo al tema? no se lo discuto: lo tiene.

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