lunes, 9 de noviembre de 2009

el petroglifo muerto. in memoriam (aullido)




la tina, mi fiel colega mestiza nacida durante una luna del sur (por eso su color blanco con algún antojo de canela), adora los paseos de sábado. le gustan todos, pero los sábados le resultan más paseo, acostumbrada a tantos años de obligaciones que sólo nos dejaban a nuestras anchas ese día libre acolchado por el próximo futuro de un domingo de quietud absoluta, de mullida felicidad indolente.

animada también por un ambiente que suele notar más dichoso que los otros días en los que las ocupaciones roban a las gentes de las calles o las dirigen obstinadamente hacia destinos marcados y obligados, disfruta intensamente de cualquier sensación que estimule sus sentidos, de cualquier visión linda en su retina, cualquier olor que regale su fino olfato, cualquier delicado son que acaricie su portentoso oido.

además ella no es rencorosa. ni exigente. nunca la verás resentida, aunque alguna contrariedad la haga caer algo más las orejas durante un tiempo que nunca se alarga porque nunca es larga su memoria para las cosas que no le gustaron. es una de sus muchas cualidades que la hacen adorable. y me refiero específicamente a éstas, que la hacen grande a mis ojos de felino, más egoista, taimado y hasta a veces vengativo, porque nunca se mostró dolida por haber venido a vivir a una ciudad como estelí. sé que aquí echa en falta calles arboladas, perros sanos y bien cuidados como ella, parques, playas,... es alguien que se conforma con poco, pero sabe distinguir bien cómo son esas pocas cosas que le dan la vidilla que entiende y busca y la hacen dormir feliz.

por eso, sin quejarse ni agriar su alegre ladrido, me pregunta muchas veces por qué aquí nadie parece darse cuenta de lo importante que es la belleza de las cosas para sentirse bien y vivir más; y que la belleza de las cosas no tiene que ver con la riqueza, con la plata o el dinero. que se pueden generar cosas tan bellas con lo poco que con lo mucho, sólo hace falta quererlo y esmerarse. la imaginación hace el resto. 

me ha preguntado una y mil veces por qué aquí la gente parece preocuparse tan poco de sus casas y de sus calles, de sus imprescindibles interiores y de esos exteriores en los que se desarrolla la vida colectiva y que tan abandonados le parecen a ella, o tan siempre iguales, o tan anodinos y olvidados de sí mismos... por qué ensucian indolentemente, no cuidan, no mantienen, aunque limpian y gastan agua como para nada, barren como se puede barrer un monte, todo mecánicamente y como sin sentido, sin saber muy bien qué es lo que definitivamente buscan o quieren.  y mientras y después, todo sigue como estaba, monótonos paisajes urbanos que nunca mejoran. 

"¿por qué matarón al petroglifo?", me pregunta tantas veces con su tono inteligente y a la vez de niño malo. "¿qué pasó con tanto árbol, por qué lo echaron de la ciudad?" "¿por qué hay una casa bonita y cien feas, por qué la bonita la hicieron casi siempre tan fea, con tanta reja de alambique y color de liquidación; por qué a las feas no las encalan sólo blancas y les dan la luz que tanto necesitan?" "¿por qué no sacan los jardines fuera, con tanta planta bonita que dejan dentro, y tan bien que saben hacer los jardines y tan lindos se verían en estan calles tan tristonas y dejadas?" "¿por qué han escondido el río y han hecho cauces tan feos que tienen siempre tan sucios?" "¿por qué no se divierten entre todos poniéndolo bonito todo para todos?" "por qué maltratan a los perros y a los ciegos viejos y a las viejas muy viejas si lavan tanto sus carros y sus camionetas". "¿por qué se ven tantos uniformes y tanta gente tan mal vestida?"... 

y así sigue, sin ton ni son preguntando y preguntando cosas que parezcan no tener pies ni cabeza pero yo sé por dónde va su cabecita y me devano los sesos para explicarle lo inexplicable, la mezcla turbia de falta de pasado y de futuro, de oportunidades que nunca se han tenido o permitido; intento alentarle que todo es cuestión de tiempo, que todo llegará, que allá de donde viene ella todo estaba igual no mucho antes de que ella naciera y que más tarde fue cambiando y lo hizo mientras ellas vivía su vida y sus años y llegó a parecer que había cambiado y que todo se había hecho más agradable y más habitable, aunque sólo en apariencia porque hay que tener en cuenta otras cosas y ...



...y así tina y lope pueden estar horas y días y noches divagando como lo hacen los animales, sin traumas ni preocupaciones, acerca de cómo hacemos nuestro mundo diario las personas, qué es lo queremos o hacia dónde vamos, qué nos deja satisfechos o nos da la plenitud aunque sólo sea por un instante. ellos viven minuto a minuto, día a día, como cuando nosotros éramos, digamos, naturales. ya saben, levantarse, ir a cazar, comer lo cazado, disfrutar del tiempo y del espacio, de la naturaleza (o defendernos de ella) hacer el amor, dormir, sobrevivir...

ahora todo se nos complicó en las manos y en la cabeza. los hombres ricos no lo son porque han llegado a una suma pobreza de espíritu y sensibilidad, de sentimientos. los hombres pobres son simples aspirantes a ricos. nos hemos encargado a conciencia de eliminar la tranquila y sencilla posibilidad de una existencia amable para todos, tan posible como ya casi impensable.

en estelí oí decir con sarcasmo a un tipo de ésos que se dicen cooperantes, sí, de esos que salvo honrosísimas excepciones que confirman la regla, vienen de ostentoso turismo pagado por la solidaridad de otros a zurzir en vez de coser, a parchear en vez de renovar o construir (¿reconstruir?), a no acabar o dejar en marcha nada, que "la foto general del nicargüense es la de un indio en chanclas, sentado en una letrina, con un celular de 100 dólares pegado a la oreja". 

lo más llamativo de todo esto es la foto del que hace la foto: estricta semana inglesa con concesiones extralight (o extra lite) de horas extra, camioneta del año, casa de habitación céntrica con todo y empleada, gastos profesionales, personales y familiares sin límites definidos, timba de póker cada viaje a managua, dos meses de vacaciones al año con billetes de avión a cargo de su oenegé, salario limpio de polvo y paja en origen... y una serie de perlas dialécticas cultivadas como la que ya les comenté: "este país se podía llevar como una empresa, para cuatro gatos que son" (no hay mención por supuesto a la sociabilidad de tal empresa), "a éstos -los nicas- me los tengo  bien calados, llevo tantos años aquí...; aquí no hay mucho que hacer..." (el caso es que no se va). 

y lo más sangrante es el pie o razón que pueda tener ese tipo de personajes para justificar lo que dicen, el malinchismo en el que se aco(mo)dan para rampar y campar por sus respetos, la falta de reacción autóctona, de nervio, garra o como quieran llamarlo; de inercia, autocompasión y complejo de inferioridad, que al final son los mismos males de los que sistemáticamente se han aprovechado, aprovechan y aprovecharán los perros del poder, los de aquí, de allá y de acullá, para mantener las cosas en su sitio (en su sitio de ellos).

pasan los días, los meses, los años, las generaciones... las reacciones no llegan. haberlas haylas, como las brujas, pero se disipan en su propia impotencia, en sus múltiples trabas exteriores y miedos internos; sobreviene la inercia, la falta de acción, que es la negación de la vida. como mucho nos quedamos en la inútil, continua palabra sentada, charlas de salón y café, repetitivas delante de su televisor estropeado hasta perder su propio sentido y el nuestro.

este mural se ha propuesto ser pintado día a día con palabras, pero palabras que sean luego dibujos y después dibujos que se pinten sobre paredes que más tarde sean paredes que se multipliquen y vayan creando un mundo que sea mundo cambiante de nuevas paredes que son murales que se expresan a sí mismos y a otros que se pintarán sobre nuevas paredes que construyan un espacio común y nuevo realizado en el espacio de todos tal como todos lo deseamos o deseemos. deseo es hacer, construir, dibujar, pintar, generar movimiento que genera espacios donde es posible una existencia más grata y a la vez fructífera, imparablemente existencia y movimiento y quietud que piensa y diseña y crea su nuevo deseo que será su nuevo hacer y crear y no parar salvo en el descanso del disfrute de lo logrado. todo siempre igual y todo siempre nuevo y distinto, como el querer verdadero.

así vivió tina, que se fue a esperarnos para nuestro siguiente paseo hace ya un año. se fue desde aquí, estelí, a otro estelí que ya estará queriendo y paseando y pintando con sus ojos y oyendo con sus orejas y durmiendo con sus sueños para esperarnos y seguir entonces y de nuevo todos sin parar de ser en este universo que nos ha creado y al que pertenecemos y al que debemos el movimiento que nos hizo posible y que debemos perpetuar en él.

en su memoria y hasta nuestro nuevo encuentro seguiremos sus vivos pasos. sin correas. ni miedo a ellas.





No hay comentarios: